«Va uno por ahí en la vida caminando, con todas las emociones que nos acompañan. A veces las compartes, a veces no. A veces encuentras respuestas, a veces no.
Pero donde seguro sé que las voy a encontrar, es cuando escucho mi corazón, hablando a través de mi cuerpo y escuchando mi propia voz!
Esto lo intuía, pero estaba un poco sorda y no terminaba de escuchar claro…
Claro pude escuchar, cuando a través de otro y con un suave acompañamiento, como quién te coge de la mano para cruzar la calle, cuando eres niña, fue la sensación que Sandra me dejó en sus sesiones. Pues es uno quién cruza la calle, la que ve el semáforo y sabe cuándo parar o seguir… pero estas indicaciones se vuelven más claras, cuando te dejas ayudar y te toman de la mano, para luego un día volver a cruzar sola…
Gracias Sandra!»