El otro día una amiga me contaba que a su hija de 2 años le habían reñido en la guardería porqué había dibujado por el lado “reverso” del papel que le habían dado para hacer su dibujo… Yo, qué queréis que os diga, ante cosas así noto que me empieza a subir una energía por dentro, me voy calentando por momentos y empiezo a soltar preguntas que evidentemente nadie me contesta como: ¿pero cómo puede ser que en el siglo XXI todavía ocurran estas cosas? ¿qué mensajes estamos dando a una personita de 2 años cuando en su gran momento de creación le coartamos de esta forma? ¿cómo va a afectarle esto en su desarrollo como persona única y creativa que está destinada a ser? ¿estamos educando o educastrando? ¿estamos realmente dejando crecer a nuestros pequeños?
En algunos procesos de coaching me he encontrado con personas adultas que me dicen: “yo no soy creativo”, “eso de la creatividad no es para mí”, “yo no sirvo para eso, ya me lo dijo mi profe de pequeña”, … La creatividad es algo que todos llevamos dentro, ya nacemos con ese enorme potencial, forma parte de nuestro proceso de creación y desarrollo, el “crear” es algo inherente en el ser humano… lo que ocurre a veces es que en nuestro proceso educativo vivimos momentos que limitan nuestra capacidad creativa y se empieza a quedar reducida a la mínima expresión hasta que llega un día en que ya ni la reconocemos. La creatividad en la vida es algo que necesitamos no sólo para crear arte, también para salir de situaciones complejas, para llegar a nuestros objetivos, para aplicar en el trabajo, para encontrar un trabajo, para solventar un problema, … es algo que utilizamos diariamente y a veces ni somos conscientes de ello. En muchos momentos de la vida nos quedamos bloqueados, limitados, no avanzamos, por qué no reconocemos en nosotros el enorme potencial creativo que tenemos como herramienta para vivir mejor.
¿En algún momento del camino nuestra creatividad se fue escondiendo?
Mi hijo de 5 años cuando se pone a dibujar en la mesa del comedor la deja hecha un pastel… mi primera reacción fue “¡ay, la mesa!”… pero luego pensé: “si es sólo una mesa… y él está en pleno proceso creativo, disfrutando, creando y expresándose a través de su arte… cómo voy a cortar eso?” La mesa la puedo cambiar, o tal vez incluso será un día el objeto más preciado de la casa con todos los garabatos de mi hijo… pero eso que él lleva dentro, todo ese potencial que le va a servir para su desarrollo y para su vida, eso no lo voy a limitar… ¿de qué hablamos cuando hablamos de límites en la educación de nuestros hijos? Claro que hay que poner algunos límites… pero hay límites que en vez de educar lo que hacen es educastrar…
A ti, ¿te educaron en todo momento? ¿te educastraron en algo?… y tú, ¿educas en todo momento? ¿educastras a veces?
La educación es la base de nuestro futuro… eduquemos con conciencia para que las siguientes generaciones desarrollen toda su capacidad para crear un mundo en el que poder vivir plenamente y ser felices.