Muchas veces me han comentado: «estás fantástica a tu edad, ¿cómo lo haces?»… Yo soy del 69, ya llevo más de medio siglo por aquí, así que además de agradecer el cumplido (que a estas alturas de la vida lo agradezco enormemente), contesto: «¡me muevo mucho!». Normalmente se quedan con cara de que no se lo acaban de creer, pero te voy a contar de qué hablo cuando hablo de «moverme» (tomando la frase un poco prestada de uno de los libros de Murakami).
Todas las mañanas, salvo alguna excepción, hago mi ritual de movimiento corporal que comprende 5 disciplinas.
¿En qué consiste mi ritual de las mañanas?
- Primero muevo todas las articulaciones con unos ejercicios de Pranic Healing (otro dia ya te contaré en qué consisten) que aparte de desbloquear todo mi esqueleto recién levantada sirven para equilibrar la energía vital.
- Después salgo a correr unos 15-20 minutos (como mínimo) procurando hacer todo tipo de movimiento subiendo y bajando escaleras, saltando obstáculos, etc… Vivo en el centro de Palma, así que es un estilo de correr muy urbanita y utilizo todo lo que la ciudad a esas horas de la mañana me brinda (y de paso saludo al vecindario).
- Al llegar a casa ejercito mis músculos con TRX (que es una forma muy sencilla de tener un gimnasio que no ocupa nada en tu propia casa) y refuerzo sobretodo toda la espalda, que es la parte que más suele recibir cuando estamos mucho tiempo sentados y/o delante de pantallas.
- Luego hago unos buenos estiramientos de brazos, espalda y piernas (otro día te contaré porqué a partir de cierta edad los estiramientos son tan importantes).
- Y finalizo mi ritual con unos minutos de respiración profunda y meditación procurando una buena postura y calmando la mente para conseguir un buen centramiento y así poder gestionar mi día de la mejor forma posible.
¿Cómo me muevo el resto del día?
Durante el resto del día procuro aprovechar cualquier «break laboral» para salir a pasear y lo hago de forma muy consciente a nivel corporal, es decir, respirando todo lo que puedo (a pesar de la mascarilla) y moviendo mucho las caderas -si me conoces ya sabes lo mucho que insisto siempre en mover las caderas-. Si voy a cualquier sitio donde hay escaleras, aunque haya ascensor, siempre elijo las escaleras (en mi casa no tengo opción porqué vivo en un segundo piso sin ascensor). Si estoy en el coche o en la cola del supermercado aprovecho para hacer ejercicios Kegel y así refuerzo la musculatura de mi suelo pélvico. Y al final del día, mientras hago la cena, me pongo música y bailo mientras cocino. Pues bien, de todo eso hablo cuando hablo de «moverme». Cada acción por separado no es gran cosa, pero el hacerlo todos los días es lo que realmente me genera grandes beneficios.
¿Se trata de fuerza de voluntad?
Cuando cuento todo lo que hago me suelen decir: «qué fuerza de voluntad que tienes, ya me gustaría a mí tenerla». Pero no es un tema de fuerza de voluntad sino un tema de «hábitos«. Tanto movimiento corporal en mi vida se ha convertido en un hábito del que ahora me es difícil prescindir (como si a ti se te ocurriera ahora prescindir del hábito de lavarte los dientes, seguro que te sería difícil). Cuando hago mi ritual de la mañana y durante el día me sigo moviendo, me siento muy bien y obtengo muchos beneficios, mi mente funciona con fluidez, gestiono mi mundo emocional de forma serena y siento mi cuerpo tonificado, sin dolor y con energía. Mi cerebro ha conectado estos hábitos con recompensas muy buenas y agradables por lo que ya los hago sin tener que poner esfuerzo, es decir, no necesito fuerza de voluntad para ello. Se ha convertido en algo casi automático de forma que para mi cerebro es más esfuerzo «no hacerlo» que «hacerlo», así que, sencillamente, lo hago y me siento fantásticamente bien. Dicho así parece simple ¿verdad?, pero en el fondo no es tan simple cuando uno no sabe cómo se crean los hábitos.
¿Cómo se crean los hábitos de vida sana?
Mis hábitos de movimiento corporal, igual que el hábito de comer de forma sana y equilibrada, no los creé en un día, pasé por todo un proceso para llegar a lo que son hoy y me siento muy feliz por ello. Cambiar o crear hábitos de vida saludable como comer sano, hacer deporte, no fumar, dormir bien, beber alcohol sólo de forma ocasional, etc… para cada persona supone un reto diferente. El proceso de cada persona es distinto según lo que haya detrás. Primero hay que quererlo conseguir (a veces el primer paso ya es el que falla). Luego hay que ver qué es lo que nos limita el conseguirlo, puede ser un tema de creencias limitantes, un tema de bloqueo emocional, algo relacionado con la infancia, algo no resuelto en el pasado, un tema de autoimagen, un simple reaprendizaje, o una suma de todo ello. Por eso hay muchas veces frustración cuando se intenta sin éxito conseguir un cambio de hábitos con fórmulas genéricas, porqué lo que hay detrás de cada uno es diferente y no siempre funciona enfocarlo de forma generalizada. Cada persona tiene su camino. Una vez superado todo esto, se trata de aprender a crear el nuevo hábito (que para eso también hay unas técnicas) y luego repetirlo hasta integrarlo como forma de vida, como parte de ti, disfrutando de todos los beneficios que ello te aporta.
Si quieres crear hábitos de vida saludables y cambiar todo eso que no te gusta de tu vida, te acompaño a encontrar tu motivación, desmontar la barreras que te bloquean, deshacerte de las limitaciones, aprender nuevos recursos y conseguir tus objetivos de vida sana con todos sus beneficios. Ponte en contacto conmigo, pide una primera entrevista y hablamos. Haz hoy el primer paso para el cambio a lo que tú quieres en tu vida… ¡Mueve Tu Aire!